Hace dos semanas, el monero de La Jornada, Rafael Barajas, en su calidad de director del Instituto Nacional de Formación Política de Morena, y Pablo Gómez, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera de la SHCP, ofrecieron una plática en la que, Barajas aseguró que “si no les funciona el tema Xóchitl Gálvez, muy probablemente apuesten por la violencia’’.
El caricaturista se refería a la sorpresiva irrupción de la senadora hidalguense como la más fuerte candidata presidencial de la oposición.
Gómez aprobó la declaración de Barajas como si fuera profecía.
“Ellos (la oposición) nos quieren pisotear’’, dijo el funcionario de Hacienda.
Nada nuevo hay en esta teoría conspiratoria, que de sexenio en sexenio reaparece.
El tema es que el propio caricaturista, que se aventó la profecía sobre la violencia que sería provocada por la oposición, es el mismo que ha criticado con ferocidad a quienes se atrevieron a advertir el riesgo de que Gálvez pudiera sufrir un atentado.
Como están las cosas en el país, ¿cuál de las dos teorías tendría más posibilidades de ocurrir?
El Gobierno tiene el mando -el control- de las Fuerzas Armadas, de la Guardia Nacional y de la mayoría de las policías estatales.
Como en ningún sexenio, las Fuerzas Armadas, sobre todo el Ejército Mexicano, la Marina, ha recibido cualquier cantidad de canonjías que se traducen en el corto y mediano plazo en dinero y en poder político.
¿Podría la oposición entonces provocar una ola de “violencia institucionalizada’’ si “el tema Xóchitl no le funciona’’?
La advertencia sobre la seguridad de la senadora tiene que ver con ese enrarecido ambiente cuyo fuego se atiza todas las mañanas desde el púlpito de Palacio Nacional.
No es una exageración pedir la protección de una precandidata cuando los “quedabien’’, que abundan en Morena a juzgar por las campañas sin padre (ni madre), podrían querer hacerle un favor al partidazo del Gobierno.
Si ambos escenarios (la generación de violencia y la posibilidad de un atentado) se basan en la misma lógica de la renta política, ¿quiénes serían los más beneficiados?
Las dos teorías tienen sus fundamentos, ¿cuál cree usted que tendría más oportunidad de ocurrir dadas las circunstancias?
Ojalá que ninguna.
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Ni tres meses han pasado de que Lorenzo Córdova dejó la presidencia del INE y ya se le extraña.
No solo por la defensa que hizo de la autonomía del Instituto, sino por la apertura que tuvo durante nueve años, para que la prensa estuviera informada.
Como si estuvieran revelando la fórmula de la Coca-Cola, los consejeros y algunos gobernadores de Morena se encerraron para discutir los términos de colaboración para las elecciones federales del próximo año.
Una nota de cajón, pues, a la que la prensa siempre está invitada.
Estaba, mejor dicho, hasta que a algún genio se le ocurrió bloquear el acceso de los reporteros a la sala dónde se realizó la reunión -presuntamente a petición del gobernador de Oaxaca, Salomón Jara-.
Los encerraron para que no molestaran, pues.
Pues ¿qué tratos se hicieron que no querían se enterara el país?
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El senador morenista, Francisco Javier Borrego, famoso por el video en el que se le caen los pantalones en un acto oficial, subió a la tribuna de la Comisión Permanente para defender la estrategia del Gobierno contra el Covid.
“No se anden metiendo con el de mero arriba’’, dijo.
Creemos que se refería al Creador.
¿O no?